Puedes leer los 3 episodios previos de esta saga, el 1ero, el 2do y el 3ro. Si ya los leiste, te doy la bienvenida al último episodio de la presente.
Kyu Sakamoto continuó con su trabajo más allá de la década que lo popularizó, en épocas tan convulsionadas como los 70’s, con la continuación de las protestas por las bases de EE.UU. en territorio japonés por parte de la ciudadanía y sobre todo de los jóvenes. Pero no sería solo música el universo de Kyu-chan. Pues además, Kyu Sakamoto contribuyó con los discapacitados a través del hacer visibles sus necesidades y de respaldarlos a través de acciones solidarias, apoyo en apariciones públicas y de su música, como en el tema “Ashita ga aru sa” (mañana será otro día).

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Además, no pasó desapercibida la frecuencia de sus colaboraciones con Ei Rokusuke y Hachidai Nakamura. De hecho ese trío sería conocido por la prensa como «los 6-8-9», por los aliteración del apellido del primero y los nombres del compositor y del cantante: Rokusuke («roku», seis en japonés), Hachidai («hachi» significa 8) y Kyu (que siginifica 9). De hecho, existe un disco con el nombre 689 donde Kyu-chan canta los temas en los que colaboró con Ei-san y Hachidai-san.

© TV Globo.
Incluso, en una ocasión especial, se reuniría con el compositor Hachidai Nakamura, quien escribió la letra de “Sayounara”, tema que Kyu-chan defendería en el Festival Internacional de la Canción de Río de Janeiro de 1968. El mismo Nakamura dirigió la orquesta, con Kyu Sakamoto cantando en el escenario del gigantesco gimnasio “Maracanazinho” de Rio de Janeiro. El tema fue muy bien recibido por el público carioca, y aunque terminó en 6º lugar, formó parte de las preferencias del público. Eran tiempos donde en Brasil gobernaba una dictadura militar, y no era raro que la gente se aferrara a manifestaciones públicas espontáneas para expresar su descontento (como la canción de Kyu-chan, que en japonés significa “Adiós”). De ese modo, leyendo entre lineas la gente se manifestaba diciéndole adiós a los gobernantes de facto. Pero la canción de Nakamura no tenía que ver con política, si no con la despedida de dos amantes, que se agradecen mutuamente el haberse conocido. Ni siquiera la canción brasileña «Sadiá» contó con una aprobación así; de hecho, pese a que esa ganó, fue muy abucheada por parte del público, en parte porque en la ronda eliminatoria nacional desplazó a la favorita «Caminhando» de Geraldo Vandré, en gran medida por presiones políticas de la dictadura local. Por ende, podría decirse que la canción de Kyu-chan fue la voz de los silenciados por el poder.

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Sakamoto prosigue con su larga carrera como músico, activista, conductor de TV de la NHK, entre otros roles, siempre colocando lo mejor de si. Y lo hace sin descuidar la familia o el concepto de felicidad, la que encontró con Yukiko Kashiwagi, con quien se casó en 1971 y tuvo dos hijas. El cariño, humildad y carisma ante todos son marca indeleble que dejó en los corazones de toda una generación de japoneses por su empeño, entrega y clase.
Y ese cariño trasciende las épocas. Kyu Sakamoto falleció el 12 de Agosto de 1985, en un accidente de aviación, cuando el avión en el que iba como pasajero se desintegra por fallas en la mantención y termina impactando el Monte Takamagahara, en Gunma, Japón. Es por eso que decidí homenajearlo a través de esta serie de crónicas sobre su canción más trascendental, que le dió el título a la serie: Ue o Muite Arukoo, o Sukiyaki, si Ud. prefiere. Justo en el mes que se cumple un nuevo aniversario de su fallecimiento.

© Studio Ghibli.
Tal trascendencia está plasmada en una película de animé, La Colina de las Amapolas, de Studio Ghibli. Además de formar parte de la banda sonora de tal trabajo, en una escena se advierte una presentación en TV de Kyu Sakamoto (en versión animé) cantando este tema, ya que la historia se base en la época en que se popularizó la canción y el cantante: inicios de los 60’s.
Alegría eterna al gran Kyu Sakamoto.
