El día para mi arrancó temprano, aunque no muy alegre: la tarde anterior había pasado rabias por situaciones personales. Pero decidí esa mañana, pese al cansancio y al hastío, ir al frente. Era el día de la Gala del Taller, mi graduación de nivel 3 y la de los Arigatos, mis amigos. Pasé lista frente al espejo: duchado, peinado, con la barba arreglada, perfumado, con mi bolso y mis tenidas listas. Una vez vestido, era tiempo de irse al destino: el Teatro Cousiño en el Barrio Viel en Santiago Centro.
Una vez allá, siendo la 1 de la tarde y con un considerable atraso de al menos 1 hora por mi parte, me vi con mis camaradas. Ahí estaban junto con Pedro-kun y su pareja, mi profe, Lissette Chan. Nos pusimos muy alegres del reencuentro. Por ende, inicié la etapa de preparación, si ya estaba uniformado con mi salida de cancha. La misma con la que ensayaba en el taller.
El calentamiento vocal fue sencillo, llevado sin dilaciones y luego de los ejercicios de estiramiento y relajación, además de los respiratorios. A partir de ahí, junto con mis compas practicamos las canciones grupales con los micrófonos, incluyendo las posiciones y la rítmica. Yo debía ensayar 3 grupales, además de mi canción personal -de la cual tenía dudas en la letra- y enfrentar el cansancio y la ansiedad que me provocaba la instancia, además del arrastre de la situación del día anterior.
Nada sencillo.
Pero no podía retroceder o “jugar defensa”: ese día era el debut de mi sencillo frente al público y a mis amigos. No me eché a morir. Mi misión era dejar bien puesto el nombre del Taller frente a la gente, y obsequiar una composición propia al universo. Lo mejor de lo nuestro.
Con esa espiritualidad y desde las 2, afronté los ensayos previo a la Gala. Siempre pensando en dar lo mejor de mi, y que mis amigos hicieran lo mismo. Luego de los grupales, ensayé mi canción… y los resultados fueron preocupantes: tuve problemas con la entrada, olvidé partes de la letra y eso atizó mis nervios. Se dibujaba en mi cara la insatisfacción.
Luego, como a las 3 de la tarde, llegó la instancia de ver los videoclips en la pantalla grande del Teatro. Eramos 4 los que estrenábamos: la princesita Lina-Chan, mi hermana del alma Conitos, mi compadre Dani Brú y este servidor en ese orden. Las 2 proyecciones del inicio se vieron hermosas, con Lina siendo kawaii y muy dulce, llena de luces, y Conitos asumiendo en pleno el protagonismo en la oscuridad de su metraje. Ya con el de Dani hubo problemas, pues se cortaba la proyección cuando iba por la mitad. Rápidamente el equipo de Liss, integrado por Pedro, el proyector Israel y el fotógrafo Claudio iniciaron la búsqueda de una solución. Pero lo que pude ver, Dani tuve un protagónico fresco y muy romántico, ad-hoc su video. Y llegó el turno del mio, donde mi vi cantándole a la cámara con un traje negro en medio de la ciudad. Fue emocionante, y así lo expresamos los 4. Más Lissette y mis amigos, incluyendo Seiya, quien aseguraba que tendría su revancha el siguiente semestre.
Para mi, la experiencia con las proyecciones fue un revulsivo: no podía fallar. Era mi noche.
Reinicie el ensayo privado de mi canción mientras mis compañeros de nivel 2 aprestaban su grupal. Luego, nos reunimos para la revista de los grupales finales y al cabo de eso, fuimos con Jose Nocturnus Thunder, D-San y Dani Brú a por almuerzos a un local de comida casera en el Pueblito del Parque O`Higgins. Eramos 20 en el ensayo, y recién a las 5 pudimos almorzar en el teatro, mientras nos vestíamos y nos peinábamos. Quedaba una hora y media para el inicio del show y debíamos estar impecables para nuestra Gala.
(Próximo episodio: empieza la Gala)
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