En una ocasión, caminando por Providencia en busca de un chip para mi teléfono, me fijé en un negocio que decía ser una pastelería japonesa. Su letrero principal rezaba “Rufiko”, y coronaba un ventanal grande transparente que permitía ver desde fuera el amoblado interior de colores pasteles. Me pareció maravilloso por ser admirador de la cultura asiática, en especial de la japonesa, pero con el objetivo de mi búsqueda en mente, decidí no pasar hasta una próxima ocasión.
Y la ocasión sería un domingo en la tarde, en el verano de 2024. Venía de vuelta de una ida fallida al Persa Bio Bio, llegando tarde a ese barrio. Me devolví por la línea 3 del Metro hacia Providencia, lo pensé y decidí acudir a Rufiko. Dudé en el horario y busqué en internet: si continuaba hacia ese destino, llegaría media hora antes del cierre. Por ende, me concentré en llegar a la terminal Los Leones y hallar pronto la salida. Un error de cálculo me llevó a la salida norponiente, en vez de la puerta nororiente. Pero no fue nada el atraso, solo que salí hacia General Holley en vez de hacia Av. Providencia. Corregí los metros de diferencia, atravesé la avenida y me situé frente balo establecimiento: Rufiko. Después de unos segundos de duda, entré girando la manija de la puerta transparente. La decoración de colores pastel es agradable y sencilla. Cumple su función y no es recargada para la vista. Y está muy bien ubicada, en Avenida Providencia frente al Metro.
El aire acondicionado me dio la bienvenida. En el aire sonaba el K-pop con su melodía alegre y energética. Me acerqué al mesón, nos saludamos con la dependienta (1 de las 3) y pedí algunas recomendaciones. Entre las que recuerdo, me hizo ruido el mochi de maracuyá, y el mochi con helado. (Los mochis son unos dulces japoneses ligeramente gomosos y rellenos con diversos sabores) Me advirtió de que los bebestibles se habían agotado. Lata. Solo pediría mochis, entonces.

Pedí un mochi con helado y uno de maracuyá. Me senté en la mesa, una vez pagados los mochis. Me fueron servidos con prontitud. Ambos me parecieron deliciosos, pero el mochi con helado me pareció particularmente refrescante. Lo disfruté mucho. El mochi de maracuyá tenía un relleno frutal bastante agradable, con semillas de maracuyá. Un sabor dulce y cítrico.
Y empecé a pedir otras cosas del menú. Un dango y un taiyaki. El taiyaki de Oreo Nutella es todo lo que esperaba: una masa dorada suave y esponjosa, y el relleno cremoso con el sabor nogado de la Nutella. Y el dango era gomoso, suave y dulce. Justo lo que quería de uno.
No quería quedarme yo solo con la buena noticia, y decidí llevar más mochis para compartir con mi gente. La atención fue notable y esmerada, pese a lo avanzado del día y la cercanía de la hora de cierre.
Disfruté mucho mi pasada por el local. Agradecí al trío de dependientas y me despedí de ellas. Salí rumbo a casa, luego de disfrutar una buena experiencia de pastelería japonesa en Rufiko.
Pastelería Japonesa Rufiko está ubicada en Avda. Providencia 2309, Providencia, Región Metropolitana. Su horario de atención es de lunes a viernes desde las 07:30AM a las 20.00 Horas. Además, atienden los sábados y domingos desde las 11:00 de la mañana a las 19:00 horas. Su correo de contacto es contacto@dulcesrufiko.cl y su Instagram es @dulces.rufiko como usuario. Además tiene su web, https://www.dulcesrufiko.cl disponible.

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Muchas gracias por compartir tu experiencia y el dato delicioso
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Gracias. Espero que disfrutes tu visita, y sea muy agradable para ti.
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