El auge de actividad en terreno, esto es actuaciones en eventos de animé, fue entre el 2015 y el 2016. A partir del 2017, rechacé ciertas invitaciones a eventos de animé por cansancio y por mi condición médica. Realmente necesitaba el descanso y un poco de espacio para no sentirme agobiado, lo cual agradezco. Pero desde ahí, y con pocas y honrosas excepciones, no he vuelto a ser invitado a eventos de animé. Las instancias en las que he participado han sido de parte de Anisong Chile, quienes no me han dejado solo, y otro evento por allí. De hecho, había ofrecido mis servicios como cantante a otras organizaciones, pero no hay presupuesto, según dicen, y en algunos casos, no hay respuesta. Reconozco que he perdido terreno respecto de otros anisingers que si están en plena actividad, y otros nuevos colegas que han surgido con pleno entusiasmo. Espero en Dios que me conceda la revancha y que mis canciones propias me lleven a otros escenarios.

Antes de este punto en la historia, desde mi primer año como artista (2015) ya estaba usando redes sociales para compartir historias personales o aspectos relativos a mi anisong. Lo que usaba era Facebook. Lo que compartía era principalmente anécdotas y uno que otro mensaje dirigido a mi público (Ustedes). Además, decidí difundir los eventos de animé en los cuales me iba a presentar, ya sea como concursante o como invitado. Y si había fotografías o videos de mis actuaciones los compartía a través de esta red social. Facebook era un acompañamiento para la experiencia del anisong en vivo, y complementaba cada video que subía a Youtube, sitio donde alojaba mis covers desde el principio.
Más adelante, el año 2016, decidí cumplir un anhelo que tenía desde hace algún tiempo: crear mi propia página web. Quería tener algo mío, algo propio en internet. Así que empecé a indagar entre los sitios de creación de páginas web y de alojamientos de páginas buscando una opción gratuita que me permitiese subir cuanto antes mi contenido. Y pese a que estuve tentado por Blogger y por Wix, finalmente me decidí crear un sitio gratuito en WordPress. Me acostumbré con cierta rapidez a la interfaz, pero decidí aprender a hacer cosas más difíciles, metiéndome cada vez más en la estética y en la configuración de la página. Finalmente, cuando realmente me sentí seguro y tenía una idea clara de lo que quería hacer, me anoté con un plan pagado que incluía la web, la biblioteca de plantillas de diseño y el alojamiento. Además, pedí a la administradora de los sitios web en Chile, NIC (dependiente de la Universidad de Chile) que me apartara el nombre de la página para proceder a incorporarlo a la web, servicio que es pagado pero que garantiza la reserva. Y es por eso que estás viendo esta página web con solo agregar a mi nombre el punto cl.

El mismo año 2016, mientras trabajaba en la oficina, tomé la decisión de incorporarme en Instagram. Y mi representación en esta red social empezó en diciembre. ¿La ocasión? Mi ida a ser entrevistado al programa ‘El Kuchitril’ de Dominación Radio, una emisora por internet. De hecho, las primeras imágenes que compartí era fotos tomadas con mi teléfono. Luego, el 27 del mismo mes fue la primera imagen que compartí relacionada a la difusión de asuntos de mi proyecto, como un recordatorio de que había sido invitado al evento AURA II, que finalmente no se llevó a cabo. Pero de manera paulatina inicié el publicar imágenes que ayudaban a la difusión de mi proyecto. Aún con esto, mi Instagram era esencialmente para subir imágenes de mi cotidianeidad más que para otra cosa. Todo esto ayudado por la plataforma Hootsuite, que en la época en que era una aplicación gratuita me dejaba programar publicaciones en Facebook, Instagram y Twitter… ah, si, tuve Twitter. Pero creo que la toxicidad y mi propia tendencia a la procrastinación me hicieron decidirme a borrar la cuenta (me distraía en peleas tontas con otros usuarios). Respecto de Hootsuite, la dejé cuando dejó de ser gratuita y la opción de pago más económica se volvió impagable (¿99 dólares al mes? ¿que acaso es de oro la cuh’tión?). Busqué una alternativa económica, y la hallé en Meta Business, que la trabajo hasta el día de hoy (Junio de 2025).

Bien, vamos al año 2017. En vista de la falta de escenarios, me vi en la necesidad de reforzar mi marca a través de las redes sociales. Y por lo tanto, cambié mi enfoque de sólo compartir cosas circunstanciales a crear en internet una marca. Mi marca Ciro Noor.
Estandaricé el estilo de publicaciones para crear una identidad reconocible en las parte gráfica, siempre manteniendo los símbolos lo más intactos posibles: el logotipo del proyecto y el nombre de la página web. Además, cumplía con el propósito de difundir la página, para incentivar las visitas, la lectura y los comentarios. La presencia constante de estos signos hicieron más reconocible la parte gráfica del proyecto.
Y además, las publicaciones del Instagram empecé a destinarlas a difundir las entradas de mi propia web. Cada nueva entrada que era registrada en Cironoor.cl. Tenía su correspondiente difusión en mi Instagram. Asimismo, tanto en la web como el Instagram servían para difundir las canciones que iba subiendo a mi canal de YouTube; por lo tanto, se formaba el universo de difusión de mi propio proyecto musical.
Asimismo, empecé a interesarme en los métodos para tratar de llegar a más público. Aún entendiendo que los blogs están cada vez más en desuso, decidí que no sería mala idea aprender un poco más acerca de los días y las horas en que saldría más a cuenta la publicación de contenido en Internet. Por lo tanto, era un conocimiento que adquiría y me beneficiaba en mi propio proyecto musical.

Además, debo mencionar que desde septiembre del año 2017, soy el editor de Anisong Chile para Instagram. Por lo tanto, debo repartir mi tiempo entre administrar la red social de Anisong Chile y las mías propias. Entonces, he debido aplicar la misma metodología: estandarizar los post, tematizar algunos días y que la simbología identificatoria sea fija y constante. Me centré en publicar efemérides del anisong, asi como los cumpleaños de sus miembros, letras de anisong que podrían inspirar a los lectores (sobre todo en la época de la pandemia) y también avisajes de eventos especiales de la agrupación.
Sin embargo, y volviendo a mi proyecto personal, viendo el universo que tenía en las redes sociales y sobre todo mi propia página web, me empecé a preguntar ¿Mi página web es la de un cantante? Por qué viéndolo desde una perspectiva más externa, parecía una web más bien dedicada a la geekeria y no a la música y menos a la figura de un cantante. Un blog y no una página para difundir música.
Por lo tanto, después de la pandemia del 2020, decidí darle un lugar más importante a la música que yo hacía en mi página web, y no tanto a las historias de geekeria y a mis anécdotas de anisinger. El 2024, le hice una modificación a la página Home, donde incluía un botón para acceder directamente a la página donde tenía alojado mis covers y mi música propia. De hecho, en la nueva página de música, tengo agrupados los covers por año y por estilo musical, con miniaturas que conducen a cada tema en YouTube. Además, en la parte superior incluir un apartado respecto de los próximos estrenos musicales y, si se da el caso, en el segundo el otro, para los eventos en vivo a los que pueda ser llamado.
Por lo tanto, sigo en este plan. Es cierto que necesito escenarios donde presentarme, pero también que puedo hacer mi propio escenario 24/7 gracias a internet. No siento aún que tenga un éxito en visualizaciones, pero al menos estoy en camino de construir una solidez gracias al plan de marca y crear un universo en las redes. Y en el mejor de los casos, la base para hacer conciertos desde mi propio estudio, como el que hice para celebrar los 10 años de mi proyecto (en marzo de 2025). Si mi plan es un ejemplo de éxito, y si puede ser replicado, solo el tiempo lo dirá.

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