N. del A.: Esta columna estaba prevista para publicarse en Semana Santa 2025 y complementarla con el análisis del tema central de «Jesús de Nazaret» de Maurice Jarre. Sin embargo, S.S. el Papa Francisco falleció justo un día después de la Pascua de Resurrección, por lo que deseo dedicarle esta publicación como gratitud. Q.E.P.D.
Fue Semana Santa. Ahora entramos a Tiempo Pascual. Y hace tiempo quería escribir esta columna. Acudo a misa desde los 10 o 12 años. Y desde ahí viene mi formación católica dada principalmente por mi mamá, donde mi tía María Ester, mi tío Silvio y mi hermana mayor actuando como padrinos. Si bien no entendía muy bien en un principio, la catequesis, la liturgia y la música me empezaron a acercar a Dios.
Recuerdo algunos cantos clásicos de misa, y conforme fui creciendo fui aprendiendo más, al punto de aprender unos cuantos de memoria, e incluso cantar en algunos coros de comunidades religiosas. Conocí gente notable que me introdujo a la música católica, no como adorno ni como supremamente importante, si no como canto al servicio de la liturgia. Ese es el criterio que tengo hoy respecto de la música en misa: debe ser litúrgico, no para lucirse ni para rellenar. Es un servicio que se le presta a la comunidad.
¿Y todo esto para qué? Aprendí unos cuantos cantos que son «mortalmente parecidos» con canciones seculares (o con temas religiosos pero no católicos). Y de acuerdo a mi experiencia, se los quiero presentar. Y otros que, litúrgicamente, ya no debiesen cantarse. Y también quiero mostrarlos.
1. El «Padre Nuestro» de Simon & Garfunkel: «The Sound fo Silence» es una canción del New Age y del Folk estadounidense popularizada por la dupla de Paul Simon y Art Garfunkel desde 1964, año de su salida al mercado. Es un tema inspirado por el magnicidio del presidente Kennedy en 1963. Era un personaje joven, que encarnaba las esperanzas de la juventud americana por sus políticas reformistas y su lucha por los derechos civiles, por lo cual la noticia de su asesinato caló hondo. La canción original en si tiene un aire triste y desangelado. Respecto de su «hermana» católica… no encontré pistas de en que año se popularizó. Posiblemente fue entre los 60’s y 70’s, época del flower power, revoluciones y la Teología de la Liberación. En la época que la cantábamos en la comunidad (80’s y 90’s) se interpretaba una parte, luego en la mitad se rezaba en Padre Nuestro y seguidamente se cantaba la parte final. Incluso los coros parroquiales la cantaban en misa.
Letra:
Padre Nuestro, Tú que estás / en los que aman la verdad
haz que el Reino que das Tú, Señor / llegue pronto a nuestro corazón,
y el amor que tu Hijo nos dejó / ese amor, esté ya con nosotros.
[se rezaba el Padre Nuestro]
En el Pan de la Unidad / Cristo danos Tú la paz
y olvídate de nuestro mal / si olvidamos el de los demás
no permitas que caigamos en tentación / Oh Señor, ten piedad de nosotros.
Paulatinamente se dejó de lado por otro Padre Nuestro cantado —uno litúrgico— o por la oración en sencillo.
2. «El Apóstol» de Jesucristo Superestrella: Jesucristo Superestrella (Superstar) es un trabajo musical en idioma inglés escrito por Andrew Lloyd Weber y Tim Rice en 1970. Nació como un álbum conceptual mezclando rock y ópera rock, y un año más tarde fue escenificado para musical. En 1973 fue llevado a España por el cantante Camilo Sesto, con la producción de Teddy Bautista, José Fernández y el mismo Camilo Sesto, sobre una adaptación de Ignacio Artime y Jaime Azpilicueta en idioma español. La idea central es retratar los siete últimos días de vida terrena pre-resurrección de Jesús de Nazaret y su Pasión, sin aludir en absoluto a su resurrección ni a su divinidad. Es decir, una adaptación liberal del Jesús humano. Entre las canciones que destacan en el trabajo, está «La Última Cena», donde se representa a los Apóstoles como seres anhelantes de fama y legado, a Judas como un converso desilusionado y a Jesús compartiendo el pan y el vino con ellos mientras se da por enterado de la futura traición del Iscariote.
Fue adoptado como canción católica pero con un radical cambio de letra (necesario, los Apóstoles se respetan) para poder integrarlo a la liturgia. De hecho, tiene 3 versiones.
La primera es un ofertorio:
Letra:
El vino y el pan te presentamos
bendito por siempre seas, Señor.
Bendito es el pan que nos diste,
fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.
El vino y el pan te presentamos
bendito por siempre seas, Señor.
Bendito es el vino que nos diste,
fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.
La segunda se llama «El Apóstol», cuya letra es así:
(Estribillo)
Qué misión tan grande es ser apóstol,
seguir al Señor a donde vaya,
anunciar con gozo su Evangelio
y ser para los hombres portadores de su paz.
Tanto nos amó al despedirse
en la Santa Cena aquella tarde,
nos dio cono pan su propio cuerpo
y su sangre como vino de fraternidad.
Tanto nos amó que un Viernes Santo
clavado en la cruz, Cristo murió.
Y en su muerte Él nos dio la vida,
vida de alegría, vida de hijos de Dios.
Y la tercera es otro ofertorio, que lo descubrí (2024) en mi parroquia, «La Epifanía del Señor» de Providencia, Stgo. de Chile:
Todos los problemas se sumergen
en el pan y el vino del amor,
donde llegan hoy nuestros dolores
de un pueblo que marcha y va buscando la verdad.
Al poner el pan en nuestra mesa
tiende tú la mano a los demás;
deja tu sonrisa en los caminos,
que quizás mañana cantarás nuestra canción.
Al poner el vino entre tus manos
pido por el hombre sin amor,
por los que se marchan sin mirarte
y los que aun no creen que nos queda algo de amor.
Con los cambios, tienen una forma litúrgica los cantos, pero siguen siendo seculares de nacimiento (son de origen no religioso).
3. «Ven, Señor, no tardes» del Negro Spiritual: Este tema, que se los he ofrendado en una entrega anterior de mis covers, es recurrente en la actualidad para el tiempo de Adviento (la previa de la Navidad). Sin embargo, su melodía estaría basada en «Go, tell it to the mountain», una canción en idioma inglés proveniente de Estados Unidos. De hecho, la Wikipedia la define como «una canción espiritual afroamericana y un villancico» basada principalmente de la tradición oral y cuyas primeras impresiones datan de inicios del Siglo XX. Y por lo que se oye en su interpretación, a diferencia de nuestra versión en español, esta es una canción de Navidad propia como tal, que atestigua el ya nacimiento de Nuestro Señor.
Nuestra versión para Adviento es ésta cuya letra reza:
://Ven, ven Señor, no tardes
ven, que te esperamos;
Ven, ven Señor, no tardes,
ven pronto, Señor.//:
El mundo muere de frío
El alma perdió el calor
Los hombres no son hermanos
El mundo no tiene amor
Envuelto en sombría noche
El mundo sin paz no ve
Buscando va una esperanza
Buscando, Señor, tu fe
Al mundo le falta vida
Al mundo le falta luz
Al mundo le falta el cielo
Al mundo le faltas Tú.
Trivia: la primera vez que escuché el tema original en inglés fue en los 90’s, cuando en Megavisión daban «La pequeña casa en la pradera». Era un tema que la maestra enseñaba en la clase a sus chicos. De todos modos, nuestra versión castellana no tiene un origen secular. Es un canto cristiano que el uso readaptó para la liturgia católica (y que se sigue cantando al día de hoy).
4.»El Señor nos da su amor» creado por un pastor: El pastor Charles Albert Tindley (7 de julio de 1851 – 26 de julio de 1933) fue un ministro metodista estadounidense y compositor de música gospel. Además, fue un luchador por los derechos civiles antes de los años 50’s y 60’s, donde la lucha por los mismos se haría más radical. Él compuso una canción motivado por el sensible fallecimiento de su esposa, que también era música y con la que tuvo 8 hijos. En un principio, él no comprendía por que en la inauguración del nuevo y más amplio templo de su iglesia en Filadelfia (1924) su esposa había partido al encuentro del Padre. Pero internalizó el que «de a poco las cosas tendrían sentido». Asi creo «By and By», también conocida como «We’ll Understand It Better By and By».
La versión que nosotros cantamos en el catolicismo es ésta, sin saber cuando ni como se adaptó (o quien lo hizo):
El Señor nos da su amor
como nadie nos lo dio,
Él conduce nuestros pasos
con su fuerza y con su luz.
Al partir juntos el pan
Él nos llena con su amor.
Es el pan de la amistad,
el pan de Dios.
:// Es mi cuerpo, que doy a comer
es mi sangre, que doy a beber
porque yo soy vida, yo soy el amor
Oh Señor, nos reuniremos en tu amor//:
El Señor nos da su amor
como nadie nos lo dio,
fue un humilde carpintero
para los de Nazaret.
Con sus manos trabajó
como todos los demás.
Conoció los sufrimientos
y el dolor.
El Señor nos da su amor
Como nadie nos lo dio
y su amor era tan grande
que en la cruz llegó a morir
Pero más pudo el amor
que la muerte y el dolor
De la tumba resucita
vencedor.
Hasta el día de hoy se canta, desconociendo su origen (y me consta porque de casualidad escuché la original en Youtube, hace un tiempo, en voz de los Statler Brothers). La página de Facebook «Cancionero Católico» es la que me aportó la información respecto del origen de esta canción. Y si, es de origen religioso, más no católico. Es una adaptación.
De acuerdo a la misma página Cancionero Católico, y también al instructivo vaticano Musicam Sacram (1967), se debiesen privilegiar otros cantos que si tengan un origen católico y litúrgico. No por soberbia o envidia, si no por que el mensaje debe estar de acorde al magisterio y la tradición católicas, y así prevenirnos de enviar un mensaje equivocado a la feligresía. Lo que se canta debe estar acorde a lo que se proclama y se consagra. Es un tema que puede generar cierta controversia, pero para nosotros, el coro («Capilla Musical») es un servicio, no un adorno. Y por ende, no debemos llevar cualquier canción al altar.
Estos son algunos ejemplos de cantos que suenan parecidos a otros que se han oído por ahí. Estoy pensando en hacer, a futuro, una segunda parte con otros temas. Por ahora, gracias por leer, y mantengamos el contacto.
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